Construcción de un puente ferroviario, años 20-30
Detalle del interior del "Puente de Pineda"
Detalle de un cambio doble de vías
Obras de construcción del apeadero del "Puente de Pineda", 2017
Primera circulación del "Huevo", 2018
24 - Superestructura ferroviaria, señales y apeadero del "Puente de Pienda"
Continuando por el Paseo Entrevías es posible observar
una parte esencial del funcionamiento del sistema
ferroviario, las dos partes del camino de hierro o de
rodadura, la infraestructura o plataforma necesaria para
asentar la vía y la segunda es la superestructura, formada
por los carriles fijados por las traviesas (las barras de
madera u hormigón que unen cada uno de los carriles) y que
reposan sobre el balasto (las piedras que actúan de base de
apoyo bajo las traviesas).
Los materiales que conforman la vía han ido evolucionando,
adaptándose al incremento del paso de los vehículos y a los
parámetros de seguridad y confort. La gran virtud del tren
es el escaso rozamiento entre la rueda y el carril, lo que
permite arrastrar grandes cargas con un esfuerzo reducido.
Los primeros carriles eran de hierro y se rompían con
frecuencia. Fue a partir de 1870 cuando se introducen los
primeros carriles de acero, que apenas tienen desgaste y son
más resistentes.
El ferrocarril español adoptó el modelo conocido como
vignole, que es el nombre del ingeniero inglés que lo diseñó.
En el extermo de la vía, donde se sitúa esta maquinaria
pesada, encontramos un histórico puente metálico que se
construyó para Pineda de Mar y que fue construido en 1868
por la Maquinista Terrestre y Marítima.
En la pared del fondo se ha colocado una exposición de
diferentes tipologías de señales de vía, que son
indicaciones para la circulación de los trenes. Al final de
este recorrido se llega al apeadero del "Puente de Pineda".
Algunos domingos y en fechas señaladas desde este andén se
inicia un viaje en un pequño automotor o dresina, conocida
como "Huevo" y que permite experimentar la magia del viaje
en tren.