10 - Coche Harlan

Destaca en la colección de coches el denominado "Harlan", mucho más grande y con apariencia más moderna que el de tercera clase que ocupa a primera vía de la Rotonda, aunque es en realidad el más antiguo y valioso de todos ellos. Fue construido en Estados Unidos en 1878 con maderas tropicales para el ferrocarril de Valls a Villanueva y Barcelona. Cuando llegó a Vilanova i la Geltrú en 1881, desde el otro lado del océano, era el más avanzado y confortable de toda europa. Estaba fabricado sobre dos carretones articulados de madera, los bogies, que hacían el viaje mucho más cómodo.

El motivo de la adquisición de estos vehículos era por el interés del director de la compañía ferroviaria, Francesc Gumà, de mejorar las condiciones de viaje de los pasajeros en un recorrido que pretendía prolongar hasta Madrid.

Incorporaba otra gran novedad, también desconocida en Europa, el freno automático de aire comprimido. Con él, si un vehículo se desprendía de una composición por la rotura del gancho de tracción, lo que ocurría con cierta frecuencia, todo el tren se detenía de forma instantánea, lo que evitaba muchos accidentes. Este tipo de freno no se introducjo en el ferrocarril europeo hasta principios del siglo XX. Además, el interior del coche tiene detalles de un confort desconocido en la Europa de entocnes, como las butacas bidireccionales.

Los coches "Harlan" tuvieron una vida muy longeva, pues circularon hasta 1972 en Cataluña. En su etapa final prestaron servicio de cercanías en la línea de Mataró. Fueron paulatinamente retirados de la circulación cuando las locmotoras eléctricas sustituyeron a las de vapor puesto que su mayor potencia producía deformidades en la estructura de madera del coche.

La Asociación de Voluntarios del Museo, SiC, se encargó de su restauración en una gran intervención que se prolongó durante ocho años. En su interior hay una exposición que muestra la historia y el proceso de recuperación.